sábado, 6 de agosto de 2011

IV. PRENSA

“El Interior”…sostenía que las cales cordobesas eran las mejores de América del Sud. El 27 de Octubre del mismo año (1886), en largo editorial titulado “Córdoba Industrial” , instaba al Centro Industrial, asociación subvencionada por el estado provincial, a actuar con mayor decisión destacando la riqueza de Córdoba y sosteniendo que Argentina debía transformarse “… en un país esencialmente agrícola-industrial”
                                                   Frías, Luis R. (31)
Y  si  no se sienten con el coraje de afrontar las responsabilidades de sus calumnias, cállense y dejen de alejar gentes y capitales, haciendo cuco con peligros imaginarios, dejen en paz a los hombres de trabajo y de honradez
                                                           Juan Bialet Massé (32)

            Frías afirma que la conjunción de “Poder clerical y mentalidad conventual encadenados sólidamente en relación recíproca de causa y efecto, empaparon el ambiente de la ciudad seguramente más allá de la práctica de la hondura de la doctrina confesada y amada. Basta recorrer las columnas de “El Eco de Córdoba” para comprobar  la extraordinaria vigencia de la exterioridad religiosa. La Pompa de las funciones litúrgicas –quizás especialmente los funerales-, la frecuencia impactante de las procesiones, el temor a la muerte repentina…todo, parece dar pié a las convicción de que lo realmente devoto corrió parejo con lo puramente formal”(33)
             Respecto a la prédica de “El Eco de Córdoba” que se destacaba entre los periódicos católicos de la provincia, en 1875 , el diario “La Tribuna”  se animó a expresar “Con razón hemos dicho que en ningún pueblo del mundo pasa lo que pasa en Córdoba con respecto al fanatismo religioso. Ni en Roma!” (34)

             En “Una industrialización fallida: Córdoba , 1880-1914” (35), su autor, Waldo Ansaldi,  resalta el papel  opositor de la prensa católica cordobesa en torno a la cuestión del dique de San Roque y señala  que fue justamente “El Eco de Córdoba” el que jugó un papel  fundamental  en torno a la oposición  y la calumnia  al proyecto  y a sus impulsores, refiriendo  supuestos negociados. En una nota del 14 de marzo de 1886, el diario publicó: “El Dique – Esta obra pública que se lleva a cabo con el paternal gobierno del señor Gavier y que costará  a la provincia por lo pronto tres millones de pesos con sus intereses respectivos , fuera de los nueve, como dicen los muchachos de la escuela,  esta destinada más que a beneficiarla  con los frutos de la irrigación , a crear cuantiosas fortunas particulares, que serán otros tantos testimonios que acreditarán la corrupción administrativa de estos tiempos (36)…la cal hidraúlica  que se emplea en el Dique, suministrada por un conocido español, es simplemente caliza, que lleva este nombre porque apenas es una especie de aquella, y de la cual están llenas las lomas de Cosquín. Es sabido que esa tierra, porque no es otra cosa, no sirve ni para revoques, porque toda ella se desprende fácilmente y no admite liga con la arena; como puede comprobarse con los edificios de aquel lugar donde ha sido usada; allí se verá el resultado que se obtiene. Sin embargo es la que se utiliza en la obra colosal del Dique…” (37)
            Posteriormente, el 2 de abril de ese año, al polemizar con el diario “El Interior” , “El Eco de Córdoba” descalificó los informes técnicos favorables a las cales cordobesas “con suficiencia , mostrando toda el alma clerical de Córdoba” (como dice Frías) arguyendo que: “ los informes de los sabios de estos tiempos, ya sabemos como se fabrican. No nos vengan con pamplinas a gente que sabe lo que importan las nuevas ideas del pensamiento libre” (38)
              Es que , “Todo el proyecto de irrigación de los Altos de Córdoba, fue siempre atacado por los detractores, su estudio , sus cálculos, la dirección técnica, los materiales empleados, pero sobre todo el aglomerante utilizado para unir las piedras y ladrillos: las cales de “La Primera Argentina” , nos señala el Ingeniero Sergio G. Capdevila.(39), quien continúa diciendo, “Las cales hidraúlicas poseen la propiedad de endurecer bajo el agua; debido a su contenido de Magnesio y Silicio aportados por la arcilla que forma parte de la piedra caliza (C03 Ca) utilizada en su preparación. (40)…La calidad de las cales hidraúlicas  esta dada por su contenido calizo arcilloso y por la intimidad de esta mezcla…Bialet  se dio cuenta que “lo que faltaba no era material, sino fábrica”; por lo que desarrolló y organizó su industria, construyendo hornos, separadores, galpones, investigó  y logró importantes asesoramientos para la fabricación como los aportados por el Ing. Francés Armand Saint Ivez y el …Dr. Doëring… “
               Las muestras de las cales hidraúlicas de “La Primera Argentina” recuerda Capdevila ,“fueron tomadas por el citado Ing. Saint Ivez en 1886 y analizadas en Febrero de 1887, y fueron comparadas con las de Theil (Francia). En un ensayo de resistencia a la tracción estos fueron los resultados:
                     Cal de Theil con arena: 3,17 kg/cm2
                         Cal de “La Primera Argentina”: 4,50 kg/cm2
                          Estos ensayos demostraban las bondades de las cales cordobesas y si recordamos que el esfuerzo máximo calculado para el paredón era de 0,54 kg/cm2; la resistencia aportada por las cales es de 9 veces superior a la calculada, cumpliendo entonces con el coeficiente de seguridad” (41)
                   Estos datos no eran desconocidos por aquella época pero  en verdad era poco lo que podía importar al “Eco de Córdoba” lo que sobre las bondades de las cales se pudiese concluir , ciego en su afán de crítica al gobierno de la provincia y a la candidatura de Juárez Celman a la presidencia, en 1886 el periódico “embanderado en la candidatura presidencial de Rocha” desplegó un hostigamiento despiadado contra el dique de San Roque en tanto obra del gobierno que atacaba.
                      Frías (42), primero y Ansaldi (43), después, reproducen lo dicho por Bialet en una conferencia en la Biblioteca de la Universidad de Córdoba, en 1906, donde éste hace alusión a lo acontecido por 1886 con el director del “Eco de Córdoba” , en oportunidad de responderle a uno de los tantos y típicos ataques a que lo tenía acostumbrado, en el caso, relacionado precisamente con las cales hidraúlicas producidas en “La Primera Argentina”:
                     
                       “Era demasiado barata y demasiado buena para que se levantaran las más espantosas críticas. Se oyeron en aquellos  días atrocidades sin cuento…un periódico local llegó a decir que era imposible hacer cal hidraúlica con caliza. Tomé un changador y lo cargué con Durand Clayé, Pardo, Los Anales de Ponts et Chausses , los de Opperman y otro montón de libros, me fui a la redacción y le dije al Director: Vea V.Señor, en todas las partes la cal hidraúlica se hace con caliza; si V. conoce la receta para hacerla con mazamorra, se lo agradeceré mucho y lo haré patentar con su nombre. Desde entonces el diario calló pero no así las testadureces de la ignorancia. En Cosquín se reían cada vez que oían el silbato de la máquina a vapor “. (44)
               “Que deseos tengo de luchar , como soldado raso amparado por los buenos escritores, a favor de la causa católica contra los malos periodistas que han mercantilizado este poderoso resorte de un progreso bien venturoso”, escribió Ignacio Velez, director de “El Eco de Córdoba” tal como lo señala Nestor T. Auza en “Archivo de Ignacio Velez….”; obra que claramente trasunta una óptica elogiosa hacia la labor periodística del citado periódico ,de parte de su compilador, mencionado más arriba.(45)
                  El encono de “El Eco de Córdoba” con todo lo que estuviera relacionado al roquismo y al juarismo venía de bastante tiempo atrás. Además de ser una tribuna del mitrismo católico, se lo habría considerado inmerso en el apoyo al levantamiento promovido por Carlos Tejedor y encabezado por el coronel Lisandro Olmos que tuvo por objeto impedir la asunción de Miguel Juárez Celman a la gobernación de la provincia. Por esa época, a principios de 1880, ya finalizaba su mandato el gobernador Antonio del Viso (también combatido desde el citado periódico) y Miguel Juárez Celman, ministro general de ese gobierno, era el candidato a ocupar dicho cargo.
                     Si bien Auza sostiene que el diario “se oponía a todo proceso revolucionario como forma de sustituir gobiernos” (46) lo cierto es que una vez sofocada la intentona golpista promovida por Tejedor y en represalia al supuesto apoyo del “Eco…” que los partidarios del gobierno dieron por sentado, se produjeron graves incidentes que tuvieron por resultado el asalto y destrucción de  las instalaciones del diario. Así , estuvo un tiempo sin salir hasta que el 13 de septiembre del mismo año, reinicio su circulación.
               En las elecciones para gobernador de la provincia de Córdoba, el director de “El Eco de Córdoba” dio su respaldo al perdidoso opositor de Juárez Celman, Jose Manuel Estrada, auspiciado por el partido católico y sostenido por una alianza denominada “Partidos Unidos”.
                Retomando a Bialet, debo hacer notar que “El Eco de Córdoba” no solo calló, sino que también cerró –por problemas económicos-. Bajo la gobernación de Gregorio Gavier, tituló su último artículo como “Suspensión del Eco” pero desde el 30 de mayo de 1886 no volvería ya a circular. Sin embargo, las que no se acallaron fueron las críticas al dique y puede decirse que de algún modo retomaron su virulenta voz en otro periódico católico: “El Porvenir”. Este último fundado por el presbítero Jacinto Ríos y Juan Mamerto Garro, ambos , antiguos redactores (¡Oh casualidad! ) del “Eco de Córdoba”. (47)
                   Así,  “El Porvenir”, publicaba cosas como esta:
“Los negociantes oficiales, aquellos que vienen monopolizando desde años atras los contratos y obras de la Provincia como presa de conquista, andan desesperados tras el negocio de los negocios actuales, las obras del dique, que semejante a una suma sin fondo devorará media Provincia antes de llevarse a cabo”. (48)
                     “El Interior” respondió con fecha  22 de octubre de 1886 , al considerar con júbilo, el decreto aprobatorio del contrato “del 21 de Octubre de 1886 por el cual Bialet había resultado adjudicatario en la construcción del dique, diciendo:
                       “Sin embargo, como todo lo que no esta al alcance de la miopía  de la ignorancia, esas obras se han apreciado siempre con todas las sombras de un misterio impenetrable: han sido la ocultación de grandes negocios forjados imaginariamente por los pasionistas (*) que no descansan en arrojar piedras al camino por donde debe cruzar el camino que lleva a la Provincia a la consecución de sus más altos destinos”. (49)

Notas:
(31) Frías, Luis R. Historia del dique San Roque 1985, edit. Munic. de Córdoba cap. XII
(32) Juan Bialet Massé, 1892,  diario "La República"
(33) Frías, Luis R, ob.cit. , cap. I, p.21
(34) ibidem
(35) Ansaldi, Waldo "Una industrialización fallida: Córdoba , 1880-1914. 2000, Ferreyra Editor p. 134
(36) Frías, Luis R. ob.cit..p. 243
(37) Ibidem
(38)  Ibidem, p 244
(39) Ing. Sergio Capdevila , "Las cales de Bialet Massé" en www.bialetmasse.gov.ar
(40) Ibidem
(41) Ibidem 
(42) Frías, Luis R. Historia del dique Ssan Roque, p. 243
(43) Ansaldi, Waldo  "Una industrialización fallida...ob.cit. p.134
(44) Juan Bialet Massé "Miércoles de la Biblioteca de la Universidad de Córdoba" p. 21/22
(45) Auza, Néstor T. Estudio y edición. Archivo de Ignacio Velez. Director de El Eco de Córdoba  2002 , editorial Dünken , p.20
(46) Auza, ob.cit.,p.34
(47) Ibidem, p.42
( 48)  Frías, Luis R. Historia del dique...." p. 259
(49)   Frías, ob.cit. p. 259.
(*)  Pasionista: persona que canta la Pasión en los oficios de Semana Santa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario