martes, 9 de agosto de 2011

V. Laudo Huergo/Proyecto canal Córdoba-Paraná/ Pizarro/Informe Stavelius/Roque Saenz Peña "Informe in Voce"(1895)/Fallo Juez Antenor de la Vega (1893)

      

  El dique es símbolo paradigmático del modelo, en tanto expresión del dominio de la naturaleza por el hombre, instrumento de riego y , sobre todo, generador de electricidad. El canal al Paraná tiene la misma –si no mayor- riqueza simbólica de ambición de dominar la naturaleza. También la tiene la lucha contra las barrancas, aún cuando su dimensión sea manifiestamente menor que las dos anteriores. En el fondo, dicho metafóricamente, me impresiona esa tensión entre Prometeo y Sísifo que se resuelve en la evanescencia de ambos en la modernización provinciana.
                                                         Waldo Ansaldi,Una modernización provinciana, (50)

          

           “El 11 de julio de 1888 Casaffousth expidió dos certificados bajo los números 18 y 19. Se referían respectivamente, el primero a mampostería y movimientos de tierra por compuertas, cascadas y puentes que por no estar incluídos en el presupuesto primitivo fueron materia de una convención especial como lo autorizaba...el contrato...y
el segundo, a 7000 ms3 de mampostería, también adicional...Ambos totalizaban
$m/n210.814,47.  La sección de Obras Públicas los observó entendiendo que existió error en el cómputo métrico. Por lo tanto a su juicio, correspondía una deducción de $ m/n  38.466,52 “. (51)

            Las partes en conflicto, conforme al contrato por el cual se había adjudicado la obra del dique San Roque, "que preveía que toda desinteligencia en la interpretación del mismo sería resuelta sin apelación, por árbitros" (52),  acordaron nombrar uno a estos fines.


             La designación recayó en Luis Augusto Huergo, primer diploma de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.

         
        “El 4 de septiembre de 1888 se firmó  el “acta de compromiso” por la cual Huergo como juez arbitral debía resolver “si el gobierno debe o no, según el contrato, reconocer y pagar como obra adicional las partidas de los certificados números 18 y 19, objetados por Departamento topográfico...” (53)
         El 3 de octubre de 1888 Huergo se pronunció ordenando “1º Que el gobierno reconozca y pague como obras adicionales las partidas de los certificados nº18 y º19 objetadas por el Departamento Topográfico…2º Que el gobierno pague los gastos que origine el presente arbitraje y costas…”
         Jose Isaacson (54) señala que Luis A. Huergo, en su obra “Navegación interna de la República Argentina. Canal de Córdoba al Río Paraná”, relata que “en las postrimerías de 1888, el gobierno de Córdoba lo comisionó para estudiar la construcción del dique San Roque y los canales de riego, e informar sobre la conveniencia de elevar la presa en 5 metros de altura” y que tras conocer datos referentes a las obras de embalse proyectadas para los ríos Segundo y Tercero y en particular conocer que entre las tres obras (en esas “tres obras” se encuentra incluída la del dique San Roque) se dejaban para el régimen ordinario de los ríos un total de 27m3, “se le ocurrió inmediatamente…que entre Córdoba y Paraná se podría construir con ese volumen de agua, unos cinco canales de navegación… Pero el mismo día que presentaba su dictámen respecto a la sobreelevación del dique San Roque, se fallaba en contra del gobierno de Córdoba respecto a una disputa con la empresa contratista de las obras de riego por el pago de dos certificados en la cual el mismo había sido designado como arbitro único. El gobierno de la provincia decidió no pagarle honorarios por su estudio acerca de la sobreelevación del dique “puesto que había tenido el coraje de condenarlo” Huergo dijo entonces que ello le proporcionó la íntima satisfacción de no presentar cuenta alguna por ese concepto, guardándose muy bien de promover entonces la idea del canal de marras”.
            Este canal no solo haría de Córdoba una ciudad portuaria sino que partiendo de allí llegaría a Rosario.
            “Huergo plantea que en cualquier época que el país quiera desarrollar la producción del interior y explotar las riquezas minerales de la cordillera y de las sierras de Córdoba y San Luis, no habrá medio más eficaz de transporte que la formación de canales con el menor desarrollo posible de distancia a los ríos Paraguay, Paraná y al Atlántico y la construcción de puertos mediterráneos al pié de las serranías y en el trayecto de los ríos mejorados o canales artificiales”. (55)
             El citado canal y la obra del dique se vinculaban porque este tomaría como punto de partida para su alimentación, “el caudal proveniente del dique San Roque por un túnel de 95 metros de largo”. (56)
              Frías señala que la Aduana de Córdoba era un reclamo de todo el interior  y en los planes ingleses respecto de Argentina entraba la concepción fundamental de que esta no debía ser otra cosa que su colonia. Lo que debe tenerse en cuenta en orden a las peripecias que aguardaban al dique San Roque. Sobre todo cuando, excediendo la idea generatriz de hacer de Córdoba un centro productor, se convirtiera en el punto de partida de un proyecto mucho más trascendente: transformarla en el puerto del Interior contrariando frontalmente, aquel designio británico. (57)
               Antes de que por una ley provincial del 30 de julio de 1889 se aprobara su proyecto, el 22 de junio de 1889 mientras Huergo dibujaba lo que sería el puerto de Córdoba, recibió la visita del Ingeniero Guillermo White , tratábase del mismo White que según lo relatado anteriormente por el Inspector de Puentes y Calzadas de Francia, Ing. St. Ivez, había prohibido terminantemente a los integrantes del Departamento de Ingenieros de la Nación, alentar el estudio de las cales hidraúlicas de Córdoba, rechazando cualquier posibilidad que estas reemplazaran al cemento Portland el cual  ingresaba al país sin pagar impuestos. La crónica es como sigue:
              “Recibí la visita del señor ingeniero White, presidente del directorio del Ferrocarril del Sud, quien encontrándome dibujando el futuro puerto de Córdoba, muy amistosamente me aconsejó que no me ocupara más de cuestiones de puertos, y me dedicara a ferrocarriles u otros objetos de la profesión, ocurriéndosele sin duda,  que la cuestión del puerto de Buenos Aires me había trastornado un poco las ideas”(*) (58)
                 El proyecto del canal  Córdoba al Paraná fue aprobado definitivamente por el gobernador Marcos N. Juárez el 18de marzo de 1890.
                  Inmediata fue la reacción por parte de quienes, este canal navegable los afectaba y mucho. Atrás de la elección de llamarlo “el canal del infiernillo” , calificativo con el cual apareció en 1889 en una nota publicada en el diario  “La Nación” se ubicaban quienes defendían los intereses portuarios de Buenos Aires y las compañías ferroviarias inglesas, a las que este proyecto “les vendría a romper su monopolio del transporte de la producción agropecuaria, con un costo tres veces menor (59) y en este sentido hay que remarcar que el estallido de la revolución del 90´ con la consecuente renuncia de Miguel Juárez Celman a la presidencia y la paralización del empuje dado al citado proyecto, fue de gran ayuda para los posibles afectados.
            También como consecuencia de dicha revolución se produjo la renuncia de Marcos N. Juárez  a la gobernación de Córdoba.

             Pocos años más tarde,  el 23 de marzo de 1892 , Juan Bialet Massé se presentó en concurso ,manifestando:

               " Es de pública notoriedad que fui constructor de las obras de riego de los Altos  en sociedad con el señor don Félix Funes primeramente y después solo. Es también de pública notoriedad que el contrato se hizo cuando el oro estaba a 110%& y las obras se han acabado cuando se  cotizaba a 300 y más, elevando los costos de los materiales hasta 150 % y más y la rápida subida de la mano de obra llegó a cambiar el salario de los peones de 12 a 60 pesos mensuales y más en los obreros especiales. De aquí que cargaron sobre mí pérdidas enormes que por este concepto se elevan a muchos centenares de miles de pesos" 

              Al respecto Frías reseña lo informado por la sindicatura,  El síndico del concurso... consigna: "Investigando el origen de las deudas del doctor Bialet se encuentra que que sólo $150.600.- proceden de deudas  particulares o de su fábrica y todo lo demás procede de la empresa de las Obras de Riego, empresa que puede considerarse como la única y verdadera causa del desastre financiero" (**)

              Un par de meses después, el 17 de mayo de 1892 , Manuel Demetrio Pizarro, ferviente católico y enemigo declarado de las políticas progresistas del juarismo , asumió como gobernador de la provincia. Fue él quien mando a llamar a Hjalmar Fredrik Stavelius, más conocido como Federico Stavelius, originario de Ôrebro, Suecia. Bajo la presidencia de Carlos Pellegrini, este sujeto se venía desempeñando  como Vicedirector del Departamento de Ingenieros de la Nación, cargo al que habría accedido -a pesar de no haber validado su supuesto título de ingeniero en nuestro país tras, también supuestamente, cursar tres años en la Escuela Superior Técnica de Estocolomo – merced a sus vínculos con compatriotas  que ejercieron funciones en dicho organismo ,dependiente del poder ejecutivo y asimismo por haber sido quien suscribió el certificado aprobatorio(***)  al proyecto de Puerto de Eduardo Madero (*)
                Stavelius, elaboró un informe falaz y demoledor sobre el dique San Roque que fue tomado como base de la acusación fiscal en el juicio que el gobernador de Córdoba mando a instruir contra los constructores del mismo, iniciándose las actuaciones en ese mismo año. Su falta de rigor científico no sorprende si se atiende a lo informado por el Dr. Roque Saenz Peña (****), en su carácter de abogado de Juan Bialet Massé, en el proceso incoado, en 1895, por perjurio y ejercicio ilegal de la profesión  contra Stavelius.

                El Dr. Saenz Peña probó ante la Corte  Suprema de Justicia de la Nación que:

                    a) La designación de Stavelius en el Departamento de Ingenieros de la Nación se realizó en abierta violación a lo previsto en el articulado de la Ley Orgánica de dicha dependencia y que habiendo sido, los Sres. White y Villanueva, presidentes de ese Departamento, resulta que :
                     "la ley ha sido violada por los tres, por el que ingresó sin título y por los que lo admitieron sin diploma" . Dicha ley había sido, tan luego, objeto de mención en "dos cartas que han visto la luz pública en el diario La Nación y que llevan la firma de los Ingenieros don Guillermo Villanueva y don Guillermo White; ambos afirman , si el recuerdo de la audiencia no me es infiel,  que el Sr. Stavelius es ingeniero; mi defendido afirma que es maquinista.
                      Desde luego debo observar que en el largo calvario que ha recorrido este exhorto, no se puede presumir que Stavelius ha carecido de tiempo para presentarnos sus patentes, en lugar de las cartas amistosas que nada prueban, que no atestiguan nada, porque en país alguno de la tierra, habrá pretendido persona alguna substituir la credencial de los diplomas científicos por el testimonio personal...Ni el Sr. Villanueva ni el Sr. White alcanzarán a ungir á un Ingeniero, porque las facultades científicas con derecho a expedir títulos de competencia, están sujetas á las leyes de orden público, y son servidas por funcionarios o profesores determinados que no se substituyen ni se reemplazan á elección de los interesados".

                    b) " el Sr. Stavelius se ha hecho pagar por dos gobiernos una misma comisión", habida cuenta que por la inspección que dió origen al informe labrado sobre el dique de San Roque,  percibió fondos tanto del Gobierno Nacional como del Gobierno Provincial.

                   c) "Estos actos adquieren mayor gravedad, si se recuerda que el señor Stavelius era un perito entre dos partes litigantes ó que se disponían á litigar; pero este perito era un juez científico que dotado con un sueldo permanente de la Nación, no ha podido aceptar dádivas ni emolumentos, sin incurrir en un nuevo delito, que me abstengo de calificar..."

            
               Si bien fue precisamente en dicho informe en el cual se basó el Fiscal Moscoso en la causa iniciada por el gobierno de Córdoba contra Casaffousth y Bialet, no se debe perder de vista que la acusación principal fue la de defraudación al Fisco por la cantidad en relación a la construcción del muro. Esta acusación fue ejemplarmente refutada en el considerando nº23 que forma parte del no menos ejemplar fallo emitido el 10 de noviembre de 1893 por el Juez Antenor de la Vega que además de declarar falsas,  conforme el dictamen de los peritos actuantes en el mencionado proceso,cada una de las acusaciones por defectos en la construcción del dique referidas en el informe “Stavelius”, trajo a colación justamente el laudo del Ingeniero Luis Augusto Huergo al cual se alude al inicio de este capítulo , diciendo:
"Que son totalmente infundados los cargos por defraudación en la cantidad a) Porque el documento en que basa su acusación el fiscal prueba lo contrario o SEA QUE EL REVOQUE SE HIZO, como pudo constatarlo dicho funcionario en el acta de inspección ocular de 22 de septiembre de 1892, y porque en ese mismo documento-certificado del 28 de agosto de 1889- se hace constar que la certificación de Casafousth "esta exacta en su parte aritmética y de acuerdo al informe y observaciones del Departamento Topográfico (Sección de Obras Públicas) y al certificado Nº27 expedido por el director de dichas obras, señor Carlos A Casaffousth"; QUE EL GOBIERNO PAGO ESA CUENTA CON LA INTERVENCION DEL DEPARTAMENTO TOPOGRAFICO,dispuesta por decreto de 23 de abril de 1888,ES DECIR CON PLENO CONOCIMIENTO DE CAUSA Y QUE, POR LO TANTO, SI EL FISCAL TUVO DUDAS DEBIO ANTES DE FORMULAR UNA ACUSACION TAN GRAVE, PEDIR EN EL SUMARIO LAS AVERIGUACIONES DEL CASO, O EXAMINAR ESE DOCUMENTO EN SU TOTALIDAD Y NO TOMANDO PARTE DE EL;QUE ADEMAS, EN EL PLENARIO SE HA PROBADO QUE EL DIQUE TIENE MAYOR SUPERFICIE REVOCADA QUE LA COBRADA Y PAGADA,HABIENDO UN ERROR EVIDENTE,YA PROBADO, EN EL INFORME DE ECHENIQUE DE 7 de octubre de 1892 , Cuestión XXI DEL DICTAMEN PERICIAL;que el cargo de haberse cobrado mampostería no ejecutada ha sido ya analizado al comprobarse los errores por desconocimiento de las reglas elementales de la geometría y la aritmética en el informe de Echenique de 30 de noviembre de 1892;tampoco se produjeron a instancia fiscal otras indagaciones para probar defraudaciones de tamaña entidad; citando , aquí también, el contenido del laudo de Huergo.De todo lo cual resulta indiscutible "...tener EL DIQUE SAN ROQUE MAYOR NUMERO DE METROS CÚBICOS QUE LOS COBRADOS POR LOS EMPRESARIOS Y PAGADOS POR EL GOBIERNO"

                 Una de las implicancias que tuvo el falso informe sobre el dique, fue la de volver a obstaculizar , en el transcurso de 1893, el desarrollo del proyecto del Canal Córdoba-Paraná , tal como lo describe el Ing. Isaacson en su obra "Luis Augusto Huergo - Primer Ingeniero Argentino":
            
               "En 1892, el ingeniero Esteban Dumesnil, ciudadano francés que por muchos años había residido en al Argentina, ligando su nombre a proyectos del calibre de las obras de riego de Córdoba y a la administración, como gerente del ferrocarril Central Norte, vino de Francia en representación de un grupo que le confiara la misión de examinar la situación de algunas compañías de ferrocarriles a las cuales pretendía adquirir, teniendo entonces la ocasión de conocer el proyecto de Huergo, a quien conocía con motivo de los estudios que éste había realizado para el ferrocarril Pacífico en 1874. Dumesnil le manifestó entonces ante sus comitentes, u otros capitalistas, para que adquiriesen la concesión del canal, indicándole la conveniencia de que Huergo se ocupase de solicitar de los poderes públicos la correspondiente ley para la construcción y explotación de la obra, propuesta que fue aceptada por nuestro personaje. Esta oferta fue más adelante reiterada desde Europa. Acordadas las bases definitivas, el Ing. Dumesnil formó un sindicato que estudio los planos y presupuestos y formuló un proyecto de solicitud al H. Congreso, con las condiciones de construcción y explotación.
                Pero el 6 de agosto de 1892, se produjo el informe del ingeniero Federico Stavelius, exponiendo que el dique San Roque, estaba "rajado de arriba abajo y de parte a parte", determinando la prisión del ingeniero director de las obras y del constructor.
                    El Ing. Dumesnil, impuesto de la mala noticia, le comunicó a Huergo, en febrero de 1893, que en vista del informe desistía de seguir las negociaciones, dado que la construcción del canal dependía, en su punto de arranque, de la existencia del dique San Roque. No obstante esta decisión, en su carta Dumesnil manifestaba su creencia en el sentido de que el dique no tenía la más mínima rajadura.
                    Era inútil que Dumesnil creyera que el dique se encontraba con buena salud y que ante su pedido Huergo se lo confirmara, luego de una inspección ocular, pues el gobierno había denunciado "el mal estado de las obras" y pedido "se instruyera el correspondiente sumario a los empresarios y director de las mismas y demás personas responsables, civil y criminalmente", entre las cuales el gobernador Pizarro incluyó a Huergo. Este menciona que probablemente se salvó de acompañar a Cassaffousth y Bialet Massé en la prisión, por encontrarse entonces desempeñando el cargo de Ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires"(*****)
             


Notas:
(50) Waldo Ansaldi, “Una modernización provinciana: Córdoba, 1880-1914”, en http:// www.catedras.fsoc.uba.ar/udishal; publicado originariamente en Estudios , Nº 7 y 8, Córdoba, junio 1996-junio 1997, pp. 51-80.
(51) Frías, L.R. Historia del dique San Roque. Edit. Municipalidad de Córdoba , 1985, p.275/6
(52) Ibidem p. 276
(53) Ibidem p. 276
(54) Jorge Isaacson, “Luis Augusto Huergo. Primer Ingeniero Argentino: Ciencia y Técnica en el Proceso Cultural del Río de la Plata. Academia Nacional de Ingeniería. Bs. As. 1993. P. 180/181.
(55) Ibidem  p. 185
(56) Frías, L. R.  Historia del dique San Roque...p.337.
(57) Frías, L. R. Historia del dique San Roque...
(58) Ibidem p. 430/431, Frías reprodujo el relato del Ingeniero Luis Augusto Huergo, tal como surge en su propia obra titulada: “Navegación interna de la República Argentina. Canal de Córdoba al Río Paraná”
(59) Prudencio Bustos Argañaraz, “El Dique San Roque y el Inicuo Proceso de sus constructores “La Voz del Interior” , 19 de mayo 2011.

(*)       Frías, L. R. Historia del dique San Roque, 1985, edit. Municipalidad de Córdoba, p.425.

(**) Luis Augusto Huergo,” diploma numero 1 de la facultad de ciencias exactas, el 6 de junio de 1870, es decir el primer ingeniero argentino. Eduardo Madero era un comerciante exitoso ligado a Londres.

          Desde 1860 se enfrentaron sus proyectos por el puerto. Huergo había sido designado para ampliar el canal del Riachuelo y construir allí los primeros bocetos para un puerto. Madero trabajaba como contratista para Hawkshan Son and Bayter, constructores ingleses.

           El 20 de abril de 1882, Luis A. Huergo entrega al ministerio del interior su proyecto final para la elaboración de un puerto para Buenos Aires, solicitado por el Ministro de Guerra y Marina Benjamín Victorica. Siguiendo un dato provisto por el presidente Julio Argentino Roca, que anticipaba la inminente presentación de un proyecto elaborado por Eduardo Madero, el ministerio del interior retiene los proyectos de Luis a Huergo, ordenando investigaciones de todo tipo al Departamento de Ingenieros. Pero Madero se retrasaba y el ministerio del interior decide extraviar los planos enviados por Huergo.

        Una vez recibidas las propuestas de Eduardo Madero, son aprobadas por el senado en menos de quince días y sin la presencia de los planos necesarios. Un dato curioso para rescatar, es que quien presidió la sesión donde fue aprobado este proyecto, y quien intentó negar las palabras del senador Dávila, que advertía las irregularidades, fue el Dr. Madero: Vicepresidente de la Nación y tío de Eduardo.

        El 27 de octubre de 1882, el Poder ejecutivo autoriza la contratación de Eduardo Madero y envía un cuestionario a la comisión de revisión, creada para analizar la viabilidad del proyecto sancionado. Las contestaciones insisten en lo mismo: no hay posibilidad de expresarse sobre el proyecto de Madero, porque no existen ni planos, ni presupuestos, ni planes de la obra que ha sido habilitada.

        Los planos recién llegarán dos años después, tras ser realizados por Hawkshan Son and Bayter en Londres. Y serán aceptados en una reunión privada entre los ex presidentes de la República Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Nicolás Avellaneda y firmados por el Vicepresidente de la Nación Francisco Madero.
Huergo dirá: “… Los planos presentados por el señor madero son hechos por un ingeniero de Londres que no conoce el Rió de la Plata y que para formarlos ha tenido la necesidad de valerse de estudios ajenos… Después de todo, la comisión de hacienda no juzga favorablemente del medio propuesto por este señor para la ejecución de esas obras, pues cree preferible que se hagan por el gobierno y no por empresas particulares, que para verificarlas exigen concesiones, garantías y privilegios que establecen forzosamente el monopolio, gravan el erario público y perpetúan el impuesto, lo que no sucede cuando el gobierno es el empresario” (Publicado en catedradatos.blogspot.com)


(**)      Frías, L. R.  Proceso al dique San Roque, Todo es Historia, Nº90, noviembre de 1974

(***)       Frías, L. R. Historia del dique San Roque, 1985, edit. Municipalidad de Córdoba, p.425.

(****) Roque Saenz Peña, Informe in Voce ante la Corte Suprema Federal - Extradición Interprovincial
            Derecho Público Americano: Escritos y Discursos (Introducción de Miguel Cané)
           Talleres Gráficos de la Penitenciaría Nacional, 1905

(*****) Jose Isaacson,   Luis  Augusto Huergo. Primer Ingeniero Argentino. Ciencia y Técnica en el Proceso Cultural del Río de la Plata., Academia Nacional de Ingeniería, 1993
              Jose Isaacson :Nació el 14/08/1922. Ingeniero (UNLP, 1948). Profesor Consulto de la Facultad de Ingeniería de la UBA (1956-94). Colaborador permanente de La Nación (PK). Asesor permanente del PEN Club Argentino. Se destaca de su bibliografía Cuaderno Spinoza (1977), calificado por Canal-Feijóo (PK) como El poema filosófico más importante escrito en lengua castellana, Encuentro Político con José Hernández (1986), Borges entre los nombres y el nombre (1986) y Luis Augusto Huergo, primer ingeniero argentino (1993). Fue jurado en numerosos concursos nacionales, municipales y de entidades privadas. Entre los premios recibidos: Primer Premio Nacional en Ciencias del Lenguaje (1968 y 1973); Pluma de Oro del PEN Internacional; José Hernández al mejor libro aparecido en el centenario de su muerte (1986); Fundación El Libro a El Universo de Borges (1987) y Medalla en reconocimiento de su labor académica entregada en acto público por el Rector de la UBA, Jaim Etcheverry (PK) (2004). Doctor Honoris Causa por la Universidad de Palermo (2005).(http://www.fundacionkonex.com.ar/)

Las "negritas" y subrrayados son míos.


 






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